viernes, 14 de abril de 2017

Fugitivos en el tiempo (Dalas Review)


Muy buenas, personitas del Blog, e ilustres invitados. Hoy voy a comentar todo aquello que me pareció de Fugitivos en el tiempo de Dalas Review. Ya lo hice en mi canal de Youtube pero, como siempre me ha pasado, me expreso mucho mejor con la palabra escrita. Sin más dilación vamos a empezar con la crítica de este libro:
Para empezar diré que me encuentro ante el exponente perfecto del quieroynopuedimo, porque a la vista está que Dalas Review quería ser escritor, y yo lo que quería era que no me timara, pero bueno ahora empezaré, lo primero es la sinopsis:

SINOPSIS

¿Sabes?, estoy harto de esta clase de textos para la contracubierta de un libro. ¿Crees que unos pequeños párrafos van a poder resumirte todas las cosas que ocurren en este? Si te lo intento explicar, no podrás entender lo que ocurrió en unas cuantas líneas. Viajes en el tiempo, paradojas, saltos… Tal vez no lo entiendas ni aunque leas esta novela: eso dependerá de tu inteligencia.
Todavía hoy me esfuerzo por saber la verdad. Puede que tú creas que esto no es más que otra historia de ficción. Pero, después de todo, ni siquiera yo puedo afirmarlo. Mi nombre es Dalas Azahar, más conocido como Dalas Review. Sin embargo es Uriel el verdadero autor de esta novela. Un delincuente informático que terminó atrapado dentro del invento más grande y terrorífico de la historia. Es necesario que olvides todo lo que creías saber hasta ahora sobre los viajes en el tiempo, que son imposibles. Existe una forma mucho peor de hacer ese tipo de cosas.


OPINIÓN PERSONAL:

De entrada, Dalas en la sinopsis nos llama tontos, porque básicamente menciona las palabras: ‘eso dependerá de tu inteligencia’. Una frase totalmente desafortunada que hubiera sido mejor que se callara, porque para entender su historia no hay que ser inteligente, hay que tener unas tragaderas literarias como la boca de un metro.
Luego hay algunas partes de la sinopsis que no están bien escritas como por ejemplo: ‘Existe una forma mucho peor de hacer ese tipo de cosas. ¿Qué tipo de cosas? Esto es muy general y no lo aclara, y debería haberlo hecho. A parte que por recomendación de esa gente que enseña en las instituciones inútiles, como piensa Dalas, como los colegios, institutos y universidades, la palabra ‘cosas’ nunca ha de emplearse en un texto y ni siquiera en una sinopsis. Esta palabra es muy indefinida y demasiado general, pero él es Dalas y está por encima de las técnicas narrativas. Otro ejemplo: ‘Pero, después de todo, ni siquiera yo puedo afirmarlo’. Si Uriel no puede decir si la historia es real o no, mala cosa, porque ya nos podemos hacer una idea de la confusión del libro antes de abrirlo, que pase esto es increíble.
Bueno, y ahora metámonos con la chicha:
Para empezar, Dalas se mete a sí mismo y hace referencias autocomplacientes hacia que el libro de Uriel es genial. Uriel que, como dice el Youtuber Haplo Shaffer, no es más que un Dalas de papel. En definitiva, Dalas escribe un libro malo, pero quiere justificar de alguna manera que su libro es bueno. No entiendo esta estrategia porque el que tenga dos dedos de frente, como se dice de manera coloquial, sabe reconocer que el libro no es bueno.
El hecho de que se meta a él mismo en el libro es un error porque todo el peso narrativo recae sobre Uriel y por lo tanto el personaje de Dalas, además de ser autocomplaciente para el escritor, sobra totalmente. Es que es así, tú quitas al personaje de Dalas ¿y qué has perdido? Hay otra regla en escritura y es que si algo no hace avanzar la trama es que sobra, pues muy bien, siento decirlo seguidores de Dalas, pero el personaje de papel de Dalas sobra.
Respecto a los personajes, tiene uno sólo al principio que es quien lo narra todo. Uriel por otra parte es un niñato que dice cosas sin sentido, no voy a reproducir nada pero créanme, dice cosas absurdísimas.
El hecho de sólo tener un personaje al principio es más o menos pasable si no fuera porque muchas de las cosas que dice son salidas de tono que a nadie le interesa. En lo que se refiere a las descripciones que da Uriel son pobres y no crean interés en ningún momento; el texto está plagado de descripciones absurdas que están pensadas con el único propósito de llenar páginas y páginas, y lo consigue.
Decía que podría ser posible que un solo personaje narrara toda la acción, pero como recomendación personal yo nunca aconsejo usar sólo un personaje porque genera poca variedad, poco diálogo y termina haciéndose monótono por ende. Como mínimo hacen falta dos personajes para que sea un texto fluido, donde haya una buena cantidad de situaciones propias del roce.
El gran problema es que se tira en ese plan durante una buena parte del libro, con lo cual, es monótono hasta decir basta.
En lo que respecta a los demás personajes son, como leí en otro blog, planos como platos llanos. Rosella no me dice nada, apenas sabemos nada de Tobías y nos hace descripciones tan genéricas del gordo que apenas nos identificamos con él. Otra vez me referiré a la genial crítica del Youtuber Haplo Shaffer, y diré que el único personaje que está más o menos desarrollado es el de Uriel y sólo porque es un Dalas de papel.
Mucha gente ha comentado que Uriel habla exactamente como Dalas y esto, lejos de ser una ventaja, es un inconveniente enorme porque si esto pasa quiere decir que el autor no se ha alejado de su personaje y simplemente ha plasmado su carácter, más o menos ficcionado, pero plasmado al fin y al cabo. Como en otras cosas, se nota que Dalas no se ha educado para ser escritor, ya que el principio básico es que, para que parezcan vivos, los personajes han de hablar de manera distinta incluso al propio autor (esto suele pasar con frecuencia pero puede interesarnos que el personaje sea como nosotros, pero entonces hay que cuidar las formas y no decir coloquialismos, este libro está plagado de ellos). Si no desarrollas los personajes secundarios, y con el primario te limitas a copiar tu propio carácter, entonces apaga y vámonos.
Otro punto que yo considero de vital importancia es que el libro tiene una gran cantidad de espacios marco temporales mal resueltos. No puedes decir en el mismo párrafo que estamos en el presente, luego en el futuro y, para más INRI, que has ido al pasado. Y ejemplos como este los hay a manojitos en este libro. El borrador habría quedado mucho mejor con más explicaciones y menos viajes temporales raros, o habiendo planteado el marco total del libro de otra forma: una ensoñación, ilusión o de cualquier otra forma. Apunto que yo el otro día me propuse crear un esquema de una historia similar a la de Dalas, y me quedó algo bastante mejor, a pesar de que mi atención estaba reducida a la mitad por estar viendo la televisión a la vez. Y es que hay que saber llevar una lógica en tu propio relato, si esto no se cumple es que lo primero que tendría que plantearse Dalas a la hora de escribir es qué y cómo quiere narrar.
Es un libro corto, quizás su mejor virtud, pero se hace enormemente pesado porque nos saca de la realidad de manera continua para meternos en alguno de sus odiosos espacios marco temporales, por cierto, fatalmente resueltos. Esto hace que avances a trompicones y mirando a cada rato cuánto queda para acabarlo, y que un libro provoque eso en el lector es mala cosa porque significa que no tiene ni el más mínimo interés.
Y ya por último el tan alabado final, glorioso según Dalas. Yo hoy, a casi año y medio de haberlo leído me sigo preguntando dónde está ese glorioso final. Lo único que sé es que leí que los personajes iban por unas escaleras interminables, que murieron 18.500 veces, que resucitan como si nada, mucha confusión, repeticiones a cascoporro, que acaban en el espacio, y lo peor de todo que han de hacer un viaje temporal a lo ‘Regreso al futuro’, o sea corpóreo, cuando en todo momento se nos ha dicho que tanto Uriel como Rosella están viajando en su mente. A todo esto, no se nos dice en ningún momento dónde están sus cuerpos reales, porque recordemos que ellos viajan en la mente.
Pero para rematar, ahora resulta que, para intentar hacer interesante la trama, Rosella es el espacio y Uriel es el tiempo, o alguna absurdez así. Como si fueran valores manejables de X e Y para resolver problemas de matemáticas. Realmente absurdo porque, que los personajes mueran tanto, sólo significa que por desgracia la historia avanza a trompicones y nos saca del momento, y como decía el gran maestro Qui-Gon Yinn: ‘tienes que enfocarte en el momento’
Por supuesto, no puedo acabar la crítica sin decir que algunas descripciones son muy desagradables de leer, es que nada más de imaginármelas me dieron arcadas. Por supuesto se puede hacer todo esto de manera elegante, pero una vez más Dalas nos regala su grandísimo arte y nos deja descripciones asquerosas que sobraban.
Casi se me olvida que por lo que se ve no permitió que un corrector profesional le corrigiera el libro, al menos sí le permitió corregir un par de cuestiones ortográficas y algo más. Y todo esto con la pobre excusa de que quería que el libro fuera suyo y no se lo cambiaran, si eso no es ser un vanidoso y un creído no sé qué lo será.
Como conclusión, diré que Dalas tenía más ganas de publicar que talento, y este libro lo atestigua, y yo creo que si una editorial te ofrece un contrato qué mínimo que entregar algo al menos pasable. Ni que decir tiene que para mí no es escritor, y no sólo eso, sino que le falta una vuelta muy larga para llegar a ser uno más del montón, ni siquiera uno de los grandes.

Si lo veis, corred en dirección contraria, no vaya a daros una embolia cerebral al tratar de entender sus páginas.  

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