
Muy buenas, personitas del Blog,
e ilustres invitados. Hoy voy a comentar todo aquello que me pareció de
Fugitivos en el tiempo de Dalas Review. Ya lo hice en mi canal de Youtube pero,
como siempre me ha pasado, me expreso mucho mejor con la palabra escrita. Sin
más dilación vamos a empezar con la crítica de este libro:
Para empezar diré que me
encuentro ante el exponente perfecto del quieroynopuedimo, porque a la vista
está que Dalas Review quería ser escritor, y yo lo que quería era que no me
timara, pero bueno ahora empezaré, lo primero es la sinopsis:
SINOPSIS
¿Sabes?, estoy harto de esta
clase de textos para la contracubierta de un libro. ¿Crees que unos pequeños
párrafos van a poder resumirte todas las cosas que ocurren en este? Si te lo
intento explicar, no podrás entender lo que ocurrió en unas cuantas líneas.
Viajes en el tiempo, paradojas, saltos… Tal vez no lo entiendas ni aunque leas
esta novela: eso dependerá de tu inteligencia.
Todavía hoy me esfuerzo por saber
la verdad. Puede que tú creas que esto no es más que otra historia de ficción.
Pero, después de todo, ni siquiera yo puedo afirmarlo. Mi nombre es Dalas
Azahar, más conocido como Dalas Review. Sin embargo es Uriel el verdadero autor
de esta novela. Un delincuente informático que terminó atrapado dentro del
invento más grande y terrorífico de la historia. Es necesario que olvides todo
lo que creías saber hasta ahora sobre los viajes en el tiempo, que son
imposibles. Existe una forma mucho peor de hacer ese tipo de cosas.
OPINIÓN PERSONAL:
De entrada, Dalas en la sinopsis
nos llama tontos, porque básicamente menciona las palabras: ‘eso dependerá de
tu inteligencia’. Una frase totalmente desafortunada que hubiera sido mejor que
se callara, porque para entender su historia no hay que ser inteligente, hay
que tener unas tragaderas literarias como la boca de un metro.
Luego hay algunas partes de la
sinopsis que no están bien escritas como por ejemplo: ‘Existe una forma mucho
peor de hacer ese tipo de cosas. ¿Qué tipo de cosas? Esto es muy general y no
lo aclara, y debería haberlo hecho. A parte que por recomendación de esa gente
que enseña en las instituciones inútiles, como piensa Dalas, como los colegios,
institutos y universidades, la palabra ‘cosas’ nunca ha de emplearse en un
texto y ni siquiera en una sinopsis. Esta palabra es muy indefinida y demasiado
general, pero él es Dalas y está por encima de las técnicas narrativas. Otro
ejemplo: ‘Pero, después de todo, ni siquiera yo puedo afirmarlo’. Si Uriel no
puede decir si la historia es real o no, mala cosa, porque ya nos podemos hacer
una idea de la confusión del libro antes de abrirlo, que pase esto es
increíble.
Bueno, y ahora metámonos con la
chicha:
Para empezar, Dalas se mete a sí
mismo y hace referencias autocomplacientes hacia que el libro de Uriel es
genial. Uriel que, como dice el Youtuber Haplo Shaffer, no es más que un Dalas
de papel. En definitiva, Dalas escribe un libro malo, pero quiere justificar de
alguna manera que su libro es bueno. No entiendo esta estrategia porque el que
tenga dos dedos de frente, como se dice de manera coloquial, sabe reconocer que
el libro no es bueno.
El hecho de que se meta a él
mismo en el libro es un error porque todo el peso narrativo recae sobre Uriel y
por lo tanto el personaje de Dalas, además de ser autocomplaciente para el
escritor, sobra totalmente. Es que es así, tú quitas al personaje de Dalas ¿y
qué has perdido? Hay otra regla en escritura y es que si algo no hace avanzar
la trama es que sobra, pues muy bien, siento decirlo seguidores de Dalas, pero
el personaje de papel de Dalas sobra.
Respecto a los personajes, tiene
uno sólo al principio que es quien lo narra todo. Uriel por otra parte es un
niñato que dice cosas sin sentido, no voy a reproducir nada pero créanme, dice
cosas absurdísimas.
El hecho de sólo tener un
personaje al principio es más o menos pasable si no fuera porque muchas de las
cosas que dice son salidas de tono que a nadie le interesa. En lo que se
refiere a las descripciones que da Uriel son pobres y no crean interés en ningún
momento; el texto está plagado de descripciones absurdas que están pensadas con
el único propósito de llenar páginas y páginas, y lo consigue.
Decía que podría ser posible que
un solo personaje narrara toda la acción, pero como recomendación personal yo
nunca aconsejo usar sólo un personaje porque genera poca variedad, poco diálogo
y termina haciéndose monótono por ende. Como mínimo hacen falta dos personajes
para que sea un texto fluido, donde haya una buena cantidad de situaciones
propias del roce.
El gran problema es que se tira
en ese plan durante una buena parte del libro, con lo cual, es monótono hasta
decir basta.
En lo que respecta a los demás
personajes son, como leí en otro blog, planos como platos llanos. Rosella no me
dice nada, apenas sabemos nada de Tobías y nos hace descripciones tan genéricas
del gordo que apenas nos identificamos con él. Otra vez me referiré a la genial
crítica del Youtuber Haplo Shaffer, y diré que el único personaje que está más
o menos desarrollado es el de Uriel y sólo porque es un Dalas de papel.
Mucha gente ha comentado que
Uriel habla exactamente como Dalas y esto, lejos de ser una ventaja, es un
inconveniente enorme porque si esto pasa quiere decir que el autor no se ha
alejado de su personaje y simplemente ha plasmado su carácter, más o menos
ficcionado, pero plasmado al fin y al cabo. Como en otras cosas, se nota que
Dalas no se ha educado para ser escritor, ya que el principio básico es que,
para que parezcan vivos, los personajes han de hablar de manera distinta
incluso al propio autor (esto suele pasar con frecuencia pero puede
interesarnos que el personaje sea como nosotros, pero entonces hay que cuidar
las formas y no decir coloquialismos, este libro está plagado de ellos). Si no
desarrollas los personajes secundarios, y con el primario te limitas a copiar
tu propio carácter, entonces apaga y vámonos.
Otro punto que yo considero de
vital importancia es que el libro tiene una gran cantidad de espacios marco
temporales mal resueltos. No puedes decir en el mismo párrafo que estamos en el
presente, luego en el futuro y, para más INRI, que has ido al pasado. Y
ejemplos como este los hay a manojitos en este libro. El borrador habría
quedado mucho mejor con más explicaciones y menos viajes temporales raros, o
habiendo planteado el marco total del libro de otra forma: una ensoñación,
ilusión o de cualquier otra forma. Apunto que yo el otro día me propuse crear
un esquema de una historia similar a la de Dalas, y me quedó algo bastante
mejor, a pesar de que mi atención estaba reducida a la mitad por estar viendo
la televisión a la vez. Y es que hay que saber llevar una lógica en tu propio
relato, si esto no se cumple es que lo primero que tendría que plantearse Dalas
a la hora de escribir es qué y cómo quiere narrar.
Es un libro corto, quizás su
mejor virtud, pero se hace enormemente pesado porque nos saca de la realidad de
manera continua para meternos en alguno de sus odiosos espacios marco
temporales, por cierto, fatalmente resueltos. Esto hace que avances a trompicones
y mirando a cada rato cuánto queda para acabarlo, y que un libro provoque eso
en el lector es mala cosa porque significa que no tiene ni el más mínimo
interés.
Y ya por último el tan alabado
final, glorioso según Dalas. Yo hoy, a casi año y medio de haberlo leído me
sigo preguntando dónde está ese glorioso final. Lo único que sé es que leí que
los personajes iban por unas escaleras interminables, que murieron 18.500
veces, que resucitan como si nada, mucha confusión, repeticiones a cascoporro,
que acaban en el espacio, y lo peor de todo que han de hacer un viaje temporal
a lo ‘Regreso al futuro’, o sea corpóreo, cuando en todo momento se nos ha
dicho que tanto Uriel como Rosella están viajando en su mente. A todo esto, no
se nos dice en ningún momento dónde están sus cuerpos reales, porque recordemos
que ellos viajan en la mente.
Pero para rematar, ahora resulta
que, para intentar hacer interesante la trama, Rosella es el espacio y Uriel es
el tiempo, o alguna absurdez así. Como si fueran valores manejables de X e Y
para resolver problemas de matemáticas. Realmente absurdo porque, que los
personajes mueran tanto, sólo significa que por desgracia la historia avanza a
trompicones y nos saca del momento, y como decía el gran maestro Qui-Gon Yinn:
‘tienes que enfocarte en el momento’
Por supuesto, no puedo acabar la
crítica sin decir que algunas descripciones son muy desagradables de leer, es
que nada más de imaginármelas me dieron arcadas. Por supuesto se puede hacer
todo esto de manera elegante, pero una vez más Dalas nos regala su grandísimo
arte y nos deja descripciones asquerosas que sobraban.
Casi se me olvida que por lo que
se ve no permitió que un corrector profesional le corrigiera el libro, al menos
sí le permitió corregir un par de cuestiones ortográficas y algo más. Y todo
esto con la pobre excusa de que quería que el libro fuera suyo y no se lo
cambiaran, si eso no es ser un vanidoso y un creído no sé qué lo será.
Como conclusión, diré que Dalas
tenía más ganas de publicar que talento, y este libro lo atestigua, y yo creo
que si una editorial te ofrece un contrato qué mínimo que entregar algo al
menos pasable. Ni que decir tiene que para mí no es escritor, y no sólo eso,
sino que le falta una vuelta muy larga para llegar a ser uno más del montón, ni
siquiera uno de los grandes.
Si lo veis, corred en dirección
contraria, no vaya a daros una embolia cerebral al tratar de entender sus
páginas.
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