¿EL DESTINO ESTÁ ESCRITO?
Entiéndame cuando escribo este
título, querido lector. En ningún momento intento sentar las bases de una nueva
psicología ni tampoco decir que mi verdad sea la absoluta, porque verdades,
entiéndase opiniones e idiosincrasias, hay muchísimas en este mundo.
Últimamente he estado pensando
muy a fondo en que eso de creer que podemos cambiar el destino no es más que una etiqueta que se ha
inventado el ser humano para creer, como suele pasar con otras cuestiones, que
somos dueños de todo lo que ocurre bajo el Sol. Yo creo que el destino está
escrito al 50%, porque si estuviera totalmente escrito casi no valdría la pena
vivir. Me explicaré cuando digo lo del 50%, y es que soy de la opinión de que
hay ciertos sucesos que te llevan a formarte como persona. Hay hechos pasados,
presentes y futuros que modifican o modificarán tu comportamiento, tu forma de
ver el mundo. Muy bien, esos hechos en mi opinión son completamente
inalterables porque vienen a ti sin que te des cuenta, y forman parte de la
irreversibilidad de la propia vida. Sabemos que estamos en este mundo de paso;
nunca sabemos cuando nos va a llegar el momento de abandonarlo, ese es un hecho
indiscutible. Por lo tanto hay ciertas cosas que simplemente se nos presentan y
hay que lidiar lo mejor posible con ellas.
Por supuesto, gozamos del libre
albedrío y de las decisiones que tomamos, las cuales, pueden variar según
nuestro estado de ánimo. Gracias a este libre albedrío podemos cambiar nuestras
decisiones erróneas para no volver a cometer dichos errores. Esto, y otras
decisiones personales, forman parte de ese 50% que nos pertenece y que podemos
cambiar.
Alguien me dirá, y es lógico que
lo hagan, que lo que ocurre en nuestro futuro es todo consecuencia de cada una
de las decisiones tomadas en el presente, pero no somos personas con el don de
ver más allá de nuestras narices, imagínese la pequeña posibilidad de que
alguien pueda ver más allá de su tiempo si ni siquiera somos capaces de mirar más allá de nuestras narices.
Hay otro punto del destino que
también me llama mucho la atención y es que sería lógico pensar que si no
poseemos la capacidad de ver el futuro, gozamos de una pequeña potestad para
'cambiar' nuestro destino. Y es que yo creo en definitiva que el destino no
existe; es todo una suma de circunstancias que te llevan a un lugar u otro. Digo
esto porque para mí el destino no es más que una ilusión irreal que nos lleva a
pensar que viviremos mucho más tiempo del que, sin saberlo, es posible que
vivamos.
Por otra parte, están todas
aquellas cosas que sí que podemos controlar de un modo u otro, por ejemplo, yo
puedo decir que me encanta escribir y que estoy disfrutando al escribir esta
humilde columna que, ya puestos, espero que sea de vuestro agrado. Eso que
acabo de decir es una parte de mi vida que sí puedo controlar, y yo decido en
qué medida me involucro en la escritura o dejo de involucrarme.
De modo que el que diga que el
destino está completamente escrito creo que lleva razón a medias, porque
siempre habrá ciertas cosas que el ser humano decidirá que pasen así. Otro tema
son las decisiones que recaen sobre otras personas acerca de algo tuyo. Ya que
estoy hablando un poco de escritura, yo decido que quiero ser escritor y pongo
todos los medios a mi alcance para conseguirlo, pero lo que no puedo cambiar es
la decisión editorial sobre mi obra.
A modo de conclusión, diré que creo
que nadie tiene la verdad absoluta sobre este tema y, como se suele decir
coloquialmente: ni pa ti ni pa mí. El destino es ese 50% agridulce que en
cualquier momento te puede cambiar los esquemas incluso de aquello que sí
puedes controlar.
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